He escrito mucho en este espacio y seguiré haciéndolo siempre que se pueda y encuentre Internet, pero no me he dado cuenta hasta ahora que todo lo que ha sido escrito lo he narrado a modo de agencia de viajes. No he contado más que hechos que me han ocurrido o detalles que se puede encontrar uno en estas tierras lejanas. Aspectos físicos que te dan una idea del lugar desde el que escribo. Acciones detalladas de en que calamidades me meto, pero... ¿quién soy yo? ¿y como estoy?, ¿cuáles están siendo mis opiniones, mis miedos, mis problemas, o mis estados de animo?, ¿lo sabe alguien?
He estado leyendo en algunos Blogs de amigos (todos ellos viviendo una experiencia parecida a la mía) y me he dado cuenta que ojeándolos no solo te enteras de cuales son sus aventuras. También te cuentan que está pasando por sus cabezas, como se sienten, cuales son sus preocupaciones, sus planes de futuro... Parece que el amigo esté sentado a tu lado pidiéndote consejo continuamente con un comentario o un e-mail.
Cualquiera podría pararme ahora mismo y hacerme reflexionar antes de seguir escribiendo. Hacerme pensar si verdaderamente eso es lo que yo quiero. Si sería bueno escribir abiertamente en Internet mis ideas, mis pensamientos personales... Pero también piensas: “Total, si son mis conocidos los que van a leerme. Solo a ellos puede interesarles lo que me ocurra”. ¿Por qué no dar rienda suelta al teclado y dejarse llevar por los pensamientos de uno mismo?
Pero ni aun tomando la decisión me es fácil abrir mis sentimientos. Son aquellos los que más me conocen los que saben cuanto puede llegar a costarme hablar de mi mismo, expresar lo que verdaderamente siento.
Una muy buena amiga mía dijo en su momento que hay diversos grados de “Felicidad”. Está el grado nulo, luego el que es feliz a medias, el que siempre parece estarlo y uno más: El “estado Juan”.
El estado Juan, como bien indica su nombre, viene de aquí un servidor. Es aquel grado de felicidad en el que uno es feliz con mayúsculas. Vive inmensamente contento, alegre, radiante. Siempre sonriendo, sin preocupaciones en la cabeza (que es lo más importante). Feliz haciendo cualquier actividad, en cualquier lugar o con cualquier compañía por muy desconocidos que sean los asistentes. A eso se le llama estar “Juan”. Y en el momento en el que se dijo esto, yo me encontraba en mi estado puro, en mi felicidad suprema. Yo era yo. Yo estaba Juan.
Ha llovido mucho (no por Targoviste) desde aquel día de primavera, y las situaciones cambian al igual que los estados de ánimo y los sentimientos personales de uno mismo. Ahora uno ya no se encuentra con sus amigos. Tampoco con sus familiares. Sin las pertenencias propias. Alejado del hogar familiar, etc... entonces es cuando uno se pone a pensar y pensar. A darle vueltas a las cosas. A tener preocupaciones en la cabeza.
Al instante se invade la cabeza de preguntas frecuentes pero dolorosas en estos casos: ¿qué hago aquí? ¿por qué demonios tuve que salir de casa? Aquí nada es tan alegre como me lo esperaba. No hay nadie con quien hablar de verdad...
Pero razón no falta. El lugar en el que me encuentro no es tan alegre como lo era mi ciudad. Tampoco las compañías lo son. La gente no te entiende. Tu no los entiendes a ellos. Te encierras en tus pensamientos y le das vueltas a tonterías. Ha pasado esto, y yo he hecho aquello. He actuado mal. Tengo que esforzarme más. Echo mucho de menos mis cosas. Que estarán haciendo mis amigos...
Solo puedo dar gracias a Dios por la experiencia que ya le ha inyectado a uno en el cuerpo, gracias a la cual me puedo dar cuenta que me encuentro en un pequeño bajón. El primer paso lo doy rápidamente, el de reconocer el problema. Y son muchas las actividades que ya he vivido las que me han enseñado a actuar en estos malos momentos. En los periodos de depresión. Y entre la negrura que ciega tus ojos de forma muy cerrada, encuentro algunas luces débiles que me recuerdan siempre:
Momentos así los tenemos todos. Las depresiones nunca son de por vida. Son momentos de ánimo bajo que siempre pasarán igual de rápido que como las vimos venir...
Y a su vez algo de confianza en tu interior te empuja por detrás diciéndote: Vamos. Tú puedes salir de esta. Busca soluciones a tu problema. Ojea las fotos que más te gustan. Escucha tu música más animada. Date una vuelta fijándote en lo que ves. ¿Y que es? Pues en ocasiones pobreza, miseria y necesidad. Niños de 10 años que te abordan por medio Lei (13 céntimos de Euro). Madres gitanillas rebuscando en tu propio contenedor de basura con el niño al lado... y podría seguir poniendo ejemplos pero no me apetece.
Entonces te vuelves a mirar a tu interior y no tienes ni que seguir preguntándote nada. Te ves con tu Ipod en el bolsillo, con tu cartera llena de dinero y con posibilidad de más con solo una llamada a casa, con los amigos que te esperan, tus problemas de poca monta...
No hay nada de lo que pueda quejarme. Absolutamente nada. Tengo todo lo que quiero y más, tanto es así que me malogro de tanto que me sobra. Tengo una vida estupenda. Unos amigos increíbles. Unos complicaciones insignificantes. Una salud envidiable. Una vitalidad grandiosa que si reprimo es porque quiero...
Alguno puede que ya esté pensando lo indiscutible. ¿Juan está deprimido después de lo que está escribiendo? ¿Está Juan pasando un mal momento?
Cuando empecé a escribir esto no sabía como me encontraba de ánimos ni yo mismo. Solo han hecho falta una docena de párrafos para abrirme una vez más los ojos. Hay que vivir la vida. Hay que ser Feliz.
Señores, ahora Juan vuelve a encontrarse “Juan”.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
“No estoy Juan”
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Quieres oirme en la Radio?!!!
Me da un poco de vergüenza, pero bueno, lo pongo como algo curioso.
Confieso que estaba nerviosillo. No todos los días te llaman de la Radio para tocarte las narices de este modo, pero alegaré que no se oía nada y que la entrevistadora era un poco petarda.
http://www.radio.uji.es/emissions02/28_04_09_mon_a_uji.mp3
Confieso que estaba nerviosillo. No todos los días te llaman de la Radio para tocarte las narices de este modo, pero alegaré que no se oía nada y que la entrevistadora era un poco petarda.
http://www.radio.uji.es/emissions02/28_04_09_mon_a_uji.mp3
2 comentarios:
hola juan! no solo leen tus comentarios tus amigos, familiares...de vez en cuando me paso x tu blog para ver k tal te van las cosas x alli, veo k estas un poco mal..yo es k me voy a pedir una erasmus el año k viene, y rumania es el destino k nadie coge y por tanto me la darian seguro...x eso me paso de vez en cuando a ver k tal son las cosas x alli y leo varios blogs como el tuyo. weno k me cuentas de akello: k tal la gente? k tal el ambiente erasmus?hay muxos erasmus españoles?...weno espero k estes disfrutando alli y animo. xauuu
Kariñet!!!
me ha impresionado esta entrada...teniendo en cuenta cuanto te cuesta abrirte es impresionante cuanto he podido saber hoy de tu estado de animo, tanto por lo q dices como por lo q no dice y xq te conozco mucho.
has hecho q me plantee si tal vez tb yo debiera ponerme profunda en mi blog (x cierto aun no te has pasao por el) xo bueno lo importante es saber q a pesar de que añores como nuestros queridisimos niños del campamento y como yo desde tierras granadinas, estas bien.
Asi q te mando un besote de esos gordos y empalagosos en los q me guiñas un ojo y me pones carita de asco y recuerda como te dije este año en el campamento cuando ambos estabamos en un momento de sensibilidad extrema, q te quiero muchisimo.
Ah!! una cosillas mas...como exerasmus solo decirte que disfrutes al 200% y a este chico q te ha escrito decirle q no lo dude ni por un momento y se vaya a donde sea!!!!
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