Te levantas a las 6:50. Te duchas, te vistes, desayunas, te abrigas, sales corriendo y coges el autobús rumano (lo que en España llamaríamos una furgoneta de doce).
Te peleas con las 19 abuelas mal sentadas en los doce asientos y con las 7 que les toca ir de pie. Es muy importante sujetarles fuertemente el trasero a más de una para que no caigan cuando el autobús (furgoneta) acelera o decelera.
Sal a presión del automóvil cuando se abren las puertas. Corre a clase para no llegar tarde.
Entra en el aula. Siéntate y espera a que comience. Es la primera vez que acudo a esta clase porque son asignaturas nuevas del segundo semestre. El profesor dice no se qué y todos se ponen a copiar. Luego todos callan y pasan los minutos.
Juan se percata entonces de que se ha metido en un examen de una asignatura totalmente ajena a él.
El profesor se da cuenta de que no estas haciendo nada y te pregunta que haces. Tú pones una cara muy extraña que seguramente no habías puesto nunca antes.
Sales abochornado de la clase ante las miradas de todos. Cierras la puerta y te quedas pensativo un tiempo.
Más tarde caes en la cuenta de que sigues en Rumania, el país donde todo es posible (o donde todo lo normal que debería ocurrir no ocurre). En el aula donde tú tienes clase hay ahora un examen. ¿Y entonces tu clase……..?
Nadie sabe nada.
Lo que un español hace en estos casos es buscar Internet. Después de estos detalles de la vida lo que tiene es ganas de escribir un poco en la tranquilidad y seguridad de su apreciado Blog.