sábado, 11 de octubre de 2008

Târgoviste!!!!





Târgoviste !!!

Ya he llegado a Târgoviste... bueno... jejeje, llegue hace dos domingos, pero no he podido actualizar el Blog desde entonces, porque en la nueva residencia de momento no tenemos Internet. Y es que después de dos semanas enteritas sin Internet, o lo que es lo mismo: sin recibir e-mails, sin enviarlos, sin poder recibir noticias de la familia, de los amigos, ni poder dar muchas señales de vida, ni actualizar el Blog... han pasado mil cosas que no se si podré resumir en una sola entrada del blog, pero haremos un resumen para que nos entendamos.

Salí de Cluj-Napoca el domingo por la mañana y hasta bien pasada la tarde no llegamos a nuestro destino, Ploiesti. Cuatrocientos y pico kilómetros en 8 horas, pero como se retrasó terminaron siendo 9 y media. Pero es que antes de montarte tienes que mentalizarte que los trenes aquí van muy lentos, y entre que teníamos que atravesar de lado a lado los altísimos y nevados Cárpatos y recorrernos casi el país entero, se nos pasó todo el día de camino. Y bueno, digo que se nos pasó pero en realidad se me pasó a mi, porque me recorrí el país yo solito, cargando con absolutamente todas mis pertenencias a cuestas y sin tener ni idea de a donde me dirigía ni que me esperaba al llegar. La aventura era intensa. Después de casi diez hora hasta Ploiesti no lo era todo, ni mucho menos. Aunque el tren me dejase allí yo me dirigía a Târgoviste, que estaba a una hora de camino desde Ploiesti. Aunque yo no me lo creía, y como bien me informaron, nada más bajarme del tren apareció un súper chofer con su coche particular que me reconoció (debió ver que era un estudiante cargado hasta las orejas y perdido por completo) que me hizo subir a su viejo y destartalado auto y sin entendernos apenas, me llevó directito y en silencio a mi nueva residencia en Târgoviste. Encima, antes de dejarme en la habitación (era noche cerrada), me ayudó a descargar todo, a dejarlo ordenado, y luego, ni corto ni perezoso, me volvió a meter en su coche para llevarme de compras aunque fuese bien de noche, ya que yo no había cenado y no tenía nada que poder llevarme a la boca ni esa noche ni a la mañana siguiente. Cuando me despedí de él, yo ya estaba perfectamente instalado en mi nuevo cuarto y la nevera bastante llena.

Así que allí comenzó mi aventura. Durante todo el día siguiente me dediqué yo solito a patearme la ciudad. Encontré la oficina internacional de la universidad donde me recibieron con los brazos abiertos. Se alegraron de ver que era español y que hablaba Ingles!!!, cosa que les sorprendió alucinantemente. Enseguida llamaron al que se convirtió en mi tutor en la universidad. Un profesor que enseña en mi carrera, es joven y sabe Inglés a la perfección. Él llegó con su coche y me llevó por toda la ciudad para que yo pudiera hacer los papeleos pertinentes para el curso, la residencia... La gente se portaba de maravilla conmigo, aunque nos dio por hablar de los estudiantes rumanos que se van de Erasmus a Castellón desde Târgoviste y me tocó escuchar con muchísima pena, que los estudiantes regresan a la semana de haberse ido para España puesto que les es imposible encontrar a gente española que quiera hablar con ellos, ayudarlos o prestarles un poco de atención cuando se encuentran tirados en la calle sin saber donde está ni la residencia, ni el supermercado... Que los tutores que allí se les asigna pasan olímpicamente de ellos, y que la soledad a la que se ven obligados a vivir y las malas caras que les ponen los españoles cuando se enteran que son de Rumania, les hace tener que regresar puesto que solo encuentran racismo y amargura en nuestra ciudad. Y mientras tanto a mi me van tratando a cuerpo de rey desinteresadamente siempre con una sonrisa sincera en la cara.


La residencia a su vez es algo alucinante. La acaban de inaugurar y es como un hotel de bastantes estrellas. La han construido en un descampado apartado de la ciudad (como se puede ver en la foto), y los cálculos son que aproximadamente estamos a unos 4, 5 kilómetros del centro de la ciudad, o lo que es lo mismo, de la universidad, y todos los días hay que caminar tanto a la ida como a la vuelta. Los primeros días me dediqué a quitar los plásticos de protección de todos los objetos que me han puesto en el baño, la lavadora, la televisión del cuarto, las mesas de trabajo, las sillas, los armarios... El precio por todo el mes es de 60 Euros, que al cambio son 220 leis. En teoría las habitaciones son de tres, con tres de todo, tres camas, tres sillas, tres mesitas (baños solo hay uno en la habitación)... pero de momento estoy yo solo, porque aunque han llegado muchos más Erasmus aun no han metido a ninguno que vaya a estar conmigo definitivamente.

Una de las cosas que más me han dejado impresionado es los Erasmus que aquí somos. Antes de venir mis expectativas eran ser el único Erasmus en toda la ciudad, y si no era así, seguro que iba a ser el único que llegaba de España. Pues no. Aquí somos 15 estudiantes de Erasmus, que estamos todos en la misma planta de la residencia, y TODOS españoles!!! Para mi desgracia, yo que venía con muchísimas ganas de aprender el rumano, aun no he comenzado a practicarlo, puesto que solo hablamos español y a penas nos relacionamos con algunos rumanos. Los únicos que conocemos y de los que ya nos hemos hecho amigos, hablan perfectamente nuestro idioma y solo quieres practicarlo con nosotros, lo cual significa que Juan no escucha hablar nunca rumano y mucho menos los puede practicar.



Las clases de la universidad, aunque ya hace dos miércoles que se hizo la apertura oficial del año escolar, aun no han comenzado, o más bien yo aun no me he enterado de ello. Aun no he ido a clase. Quizás cuando comencemos las clases encuentre a alguien de toda Rumania con quien poder practicar rumano.



La antena de televisión aun no nos lo han puesto, y nos han dicho que seguramente tardarán en instalarla, así que como solución la gente pone en practica toda su imaginación. Lo que podéis en la foto, es una de las mil ideas que estamos teniendo para poder mal ver algunos canales rumanos. Internet más de lo mismo. Ahora nos encontramos casi todos los Erasmus en un bar que hemos encontrado hoy, que te pides un café y te permiten sacar tu ordenador y conectarte a la red Wifi que como podéis ver funciona muy bien. La vida por aquí no ha hecho más que comenzar, y aunque podría seguir escribiéndoos mil cosas que seguro os sorprenderían, mejor lo dejaremos para otro momento.

1 comentario:

FLORETA dijo...

¿Eso es una percha? Bueno por fin instalado y con las ultimas tecnologias... Me alegro mucho de que la gente sea tan amable y te traten bien. LOS CARPATOS LOS CARPAAAAAAAAAAAATOS!!! Por aqui, entre trabajo y clase y entre clase y trabajo. Cada vez que quedamos parece una reunión del esplai , Miguel, Migue, Laura, Nelo, Albert Pastor, Albert Madrid, Héctor Almela, Javi (que viene de Valencia) y algunos más que vinieron de niños. Estoy muy contenta de haber decidido empezar a estudiar otra vez. Bueno no te aburro con mis rollos. Un beso.

Quieres oirme en la Radio?!!!

Me da un poco de vergüenza, pero bueno, lo pongo como algo curioso.

Confieso que estaba nerviosillo. No todos los días te llaman de la Radio para tocarte las narices de este modo, pero alegaré que no se oía nada y que la entrevistadora era un poco petarda.

http://www.radio.uji.es/emissions02/28_04_09_mon_a_uji.mp3

Animo amigos!